Las épocas oscuras tarde o temprano hacen presencia en nuestras vidas e impelen a nuestra esencia auténtica a ponerse en marcha hacia lo iluminante.
Te abandonan las falsas certezas y has de morir a ellas. En esa sombría noche, en algún momento, se perfila el resplandor a través del cual puedes renacer a tu consciencia, tus sentimientos y a tu propia creatividad.
Y así andamos a veces, desnudos, sumergidos en ensoñaciones y de cabeza. Y vivimos despiertos-dormidos en nuestras pequeñas parcelas de la supuesta realidad que nos construimos. Pero nuestro ser sigue buscando, anhelando la Luz.